Prensado de vinilos: los secretos de fabricación y la experiencia de MPO

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Resumen

Introducción: Cuando la pasión se une a la precisión

Objeto de culto desde hace más de 70 años, el vinilo vive una segunda juventud. En plena era digital, vuelve a conquistar a artistas, sellos discográficos y melómanos de todo el mundo. ¿Por qué? Porque encarna al mismo tiempo la calidez del sonido analógico y la autenticidad de un objeto tangible, moldeado por la mano del ser humano.

Pero detrás de cada disco negro se esconde un proceso fascinante, donde el arte del sonido se encuentra con la precisión industrial. En MPO, actor histórico del prensado de vinilos en Europa, cada etapa se domina con un saber hacer único: desde el surco grabado sobre la laca hasta la funda lista para su envío.

Adentrémonos en los entresijos de un oficio donde la pasión y la precisión se funden en uno solo.

Del sonido al disco: el mástering y el grabado

El mástering para vinilo: una ciencia en sí misma

Antes de que un sonido se convierta en vinilo, debe ser masterizado específicamente para este formato. A diferencia del audio digital, donde la dinámica suele comprimirse, el vinilo requiere un equilibrio sutil entre las frecuencias graves, medias y agudas.

El papel del mástering consiste en adaptar la música a la física del surco: una amplitud excesiva podría provocar saltos de aguja, mientras que una compresión excesiva empobrecería la calidad sonora.

En MPO, el mástering se realiza internamente, en estrecha colaboración con los artistas y los ingenieros de sonido. Este enfoque permite un control total de la calidad del sonido incluso antes del grabado.

Grabado sobre laca: la elección del sonido analógico

Aquí es donde la música toma forma, literalmente. MPO ha optado por el Lacquer Cut, es decir, el grabado sobre laca en lugar del Direct Metal Mastering (DMM).

En la práctica, se aplica una fina capa de laca sobre un disco de aluminio, sobre el cual un cabezal de grabado traza, surco a surco, las variaciones sonoras de la pieza musical.

La flexibilidad del soporte de laca permite grabar graves más ricos y medios más orgánicos.

Este método ofrece una fidelidad histórica, ya que es el proceso tradicional del vinilo, utilizado desde los primeros días de la grabación analógica.

También brinda una flexibilidad artística superior: la laca tolera mejor las variaciones de dinámica y preserva la profundidad de la mezcla.

El resultado es un sonido vivo, más “humano” y musical, a diferencia del DMM, que a veces se percibe como demasiado “clínico”.

El Direct Metal Mastering (DMM), grabado directamente sobre un disco de cobre, presenta ciertas ventajas —durabilidad y precisión—, pero suele producir un sonido más brillante y, en ocasiones, más frío.

En MPO, la elección de la laca se impone de forma natural: corresponde a la firma sonora que buscan los sellos discográficos y los artistas que desean un resultado analógico fiel al original.

Por qué la elección de la laca es estratégica

La matriz y la galvanoplastia: del surco al molde

Una vez grabada la laca, esta se convierte en la matriz maestra de todo el proceso. Para prensar miles de ejemplares sin dañarla, es necesario reproducirla con total precisión: este paso se conoce como galvanoplastia.

Primero, la laca se recubre con una fina capa de plata y después se sumerge en un baño de níquel. Mediante electrólisis, se crea una réplica metálica del surco llamada father (padre). A partir de él, MPO fabrica una mother (madre) y luego los stampers (moldes) utilizados para el prensado.

Cada etapa exige una precisión al micrómetro: el más mínimo defecto podría traducirse en un ruido o una distorsión audible en el disco final. Es una auténtica obra de precisión industrial, donde la tecnología y la experiencia humana se complementan a la perfección.

El prensado: cuando el vinilo cobra vida

Los gránulos de PVC virgen se calientan a unos 160 °C hasta volverse maleables. Se obtiene una masa negra que la prensa hidráulica transforma en disco bajo varias toneladas de presión. En unos veinte segundos, el vinilo se forma y se graba.

Una vez prensado el disco, una etapa de recorte permite eliminar el exceso de material y obtener bordes perfectamente limpios.

Esta fase se domina íntegramente en MPO, que dispone de un parque de prensas adaptado a todos los formatos: 7’’, 10’’ y 12’’.

Variantes y acabados : 

  • Temperatura de prensado: 160 °C
  • Presión: varias toneladas
  • Duración media: 20 segundos por disco

Control de calidad: la precisión al servicio del sonido

Antes de iniciar la producción en serie, MPO realiza varias pruebas de prensado: ejemplares de test procedentes de las primeras matrices.

Estos discos piloto son escuchados atentamente por los ingenieros de sonido y los técnicos de calidad en condiciones óptimas, similares a las de los estudios de mástering.

Durante esta fase, se examina cada detalle sonoro con la máxima atención. Se verifica la presencia de crujidos, chasquidos o ruidos parásitos provocados por impurezas o un mal centrado del stamper.

Se analiza el equilibrio entre canales izquierdo y derecho para garantizar una imagen estéreo fiel. También se comprueba la dinámica y la profundidad de la mezcla, que deben coincidir exactamente con el premáster aprobado, así como los silencios entre pistas, a menudo reveladores de defectos en la galvanoplastia o en el prensado.

Del packaging al envío: el arte del acabado

Un vinilo solo está completo cuando se desliza en su funda. En MPO, el packaging forma parte integral del proceso de fabricación.

La empresa cuenta con un taller de impresión propio donde se producen fundas estándar o gatefold, insertos, libretos, pegatinas y OBI strips, además de impresiones offset de alta fidelidad y barnices selectivos.

Esta gestión interna garantiza coherencia, plazos cortos y una calidad constante. Cada pedido se acondiciona y se envía con el máximo cuidado, listo para llegar a artistas, sellos discográficos y distribuidores.

Innovación y tradición: el ADN de MPO

¿Lo sabías?
MPO produjo sus primeros vinilos hace más de 65 años y sigue siendo hoy un referente en el prensado de vinilos en Europa.

Fundada en 1957, MPO (Moulages et Plastiques de l’Ouest) fue una de las empresas pioneras del prensado de vinilos en el continente. Aunque la compañía ha vivido todas las revoluciones del sonido —desde el CD hasta el streaming—, sigue siendo fiel a su herencia analógica.

Hoy, MPO combina una infraestructura moderna y responsable, basada en el reciclaje del PVC y la optimización energética, con un saber hacer humano transmitido de generación en generación, y una estrecha colaboración con artistas y sellos discográficos de todo el mundo.

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